Acabo de leer el último post de Irene en su blog La ventana indiscreta y conforme lo iba leyendo (si queréis saber de que va pinchad en el link y os enteráis) se me iba formando en la mente una imagen sacada de las portadas ficticias de La Razón (aquellas de... "reconstrucción gráfica de lo que hubiese pasado en el caso de que") en la que a Irene se le estallaba la vena de la frente, agarraba al niño Doraemon por el pescuezo y le dejaba más seco que el bacalao que me he comido hoy en la cafetería de la facultad y que, por cierto, llevo repitiendo desde entonces.
Yo tenía una imagen guardada en la manga para postearla con un maravilloso relato que iba a escribir (un minuto de estos) y que se iba a titular Mi tía Juliana. Empezaba:
Mi tía Juliana era una mujer agresiva. En casa le teníamos terminantemente prohibido el café y a la hora de la siesta no se movía ni un dedo sin que la mirada de alguno de los familiares fulminase instantaneamente al insensato que había osado hacer ruído y despertar a la iracunda tia Juliana...
A este relato, del que solamente tenía preparadas estas frases, le acompañaba una hermosa foto sacada de la película El amanecer de los muertos a la que he decidido instantaneamente cambiar de destino. Ya no puedo ver esta foto y relacionarla con mi tía Juliana... cada vez que la veo me imagino la vena de la frente de Irene estallando y al niño Doraemon corriendo aterrorizado por las calles de Sanse para salvar su vida. Si hoy hubiesen dedicado la portada de La Razón a Irene (te quejarás chata te estoy linkeando más que Tania a www.lesbianascachondas.com) hubiera ido con esta foto...
No hace falta que explique que la de la foto es Irene/mi tía Juliana persiguiendo al niño Doraemon/a quién le haya despertado de la siesta para asesinarle/asesinarle mucho.
...
(Y todo por 5 papelitos de Gummy Jellys)...