El interés por las culturas orientales en general, y por la japonesa en particular, ha crecido en occidente en los últimos años a raíz de la proliferación de productos culturales referidos a ellas. Libros como Memorias de una Geisha han puesto de moda en Europa los ritos y costumbres de una tradición milenaria en el país del sol naciente.
A pesar de que la nuestra, dicen, es la era de la información, respecto a la vida y milagros de las geishas predomina la desinformación y los tópicos, que han simplificado y dañado la imagen de las geishas hasta tal punto que, hoy en día, se identifica la figura de estas mujeres con la de vulgares prostitutas. Nada más lejos de la realidad. Las Geishas son una élite social, artistas educadas para proporcionar deleite espiritual y físico.
La traducción literal de la palabra geisha es artista. Efectivamente, estas mujeres se caracterizan por su profundo dominio de las tradiciones, como la ceremonia del te, y de la música y los bailes que conforman la cultura japonesa.
Los elaborados rituales que conjugan la formación de una geisha hunden sus raíces en el Japón feudal. Aunque las primeras noticias que tenemos de la existencia de geishas datan de 1700, en Japón han existido mujeres que han realizado labores similares desde mucho antes, como las saburuko, mujeres de condición humilde que subsistían a cambio de favores sexuales en el siglo VII. A finales del siglo XVI, un favorito del emperador japonés pidió permiso para abrir un barrio en el que practicar la prostitución, fue el primer barrio del placer abierto en Japón. Estos barrios, que se beneficiaron de la bonanza económica y cultural japonesa del siglo XVIII, han sobrevivido hasta nuestros días. Son los hanamachi, en ellos las geishas no sólo trabajan, en las ochaya o casas de te, también viven; lo hacen en comunidad, con otras geishas, en casas que se conocen como okiyas.
De maiko a geisha
El proceso de preparación de una geisha es un largo camino que puede durar varios años. Antiguamente, las geishas eran mujeres cuyos padres, de condición humilde, habían vendido a una okiya. Hoy en día son mujeres que elijen libremente su profesión, pueden retirarse cuando lo deseen y rechazar mantener relaciones con aquellos clientes que no las agraden (lo que las aleja de la figura de la prostituta)
Pasado un tiempo desde su ingreso en la okiya, la aspirante a geisha se convertía en una maiko o aprendiz oficial. Las maiko tienen unas obligaciones distintas a las geishas, de las que se diferencian, además, en su aspecto externo. A cada maiko se le asigna una geisha que guirará sus pasos durante el período de aprendizaje, durante el cual, la aprendiz acompañará a la geisha a sus citas para conocer a sus clientes. La ceremonia que marca el paso de maiko a geisha es el mizuage o desfloración ritual. El mizuage era un proceso que solía durar 7 días por el que un hombre, tras pagar una cuantiosa suma de dinero a la okiya preparaba a la maiko y posteriormente la desvirgaba. Tras el mizuage, la maiko pasaba el ritual del erikae o cambio de cuello por el que cambiaba el color de su quimono interior de rojo a blanco, se convertía en una geisha oficial y pasaba a trabajar para la okiya en la que había recibido su educación para pagar el coste de la misma.
La geisha podía aceptar el patronazgo de un hombre rico que se convertía, así, en su danna, su patrón, corría con los gastos de manutención de la geisha, le paga el alquiler de un piso fuera de la okiya y un salario mensual. A cambio, el danna, tenía prioridad en el tiempo libre de la joven y ésta no podía quedar con otro hombre sin su permiso fuera de las horas de trabajo. El vínculo entre una geisha y su danna puede romperse a voluntad de cualquiera de los dos.
Si una ceremonia marcaba el inicio de su vida profesional, el erikae, otra es utilizada para celebrar el retiro de la vida profesional: el hiki-iwai. Antiguamente significaba que la geisha había pagado todas sus deudas con la okiya. Hoy es una ceremonia en la que la geisha agradece a la comunidad su ayuda en los años de servicio y regala arroz en cajitas, blanco y cocido si su decisión de abandonar la profesión es definitiva o teñido de rojo si deja una puerta abierta para volver al hanama.
¿Sabías qué... existían geishas masculinos? eran los taikomochi, que pasaron de ser bufones de corte a trabajar junto a las cortesanas. Entretenían a los clientes antes de que éstos se retiraran a pasar la noche con las cortesanas o con ellos mismos.
Memorias de una Geisha, la manzana de la discordia
Nuestro conocimiento del mundo de las Geishas se limita, casi exclusivamente, a lo expuesto en libros de ficción como Memorias de una Geisha. Éste, en particular, ha despertado la polémica entre los expertos, que lo acusan de incidir en tópicos y fomentar la simplificación de la imagen de las geishas. Basado en la vida de una geisha real, Mineko Iwasaki, Memorias de una Geisha ha tenido un gran impacto mediático en todo occidente. El libro, escrito por Arthur Golden, describe las tradiciones y particularidades de la vida de las geishas, acercando al lector a su mundo. La polémica acompaño al éxito de la novela de Golden casi desde el primer momento. Mineko Iwasaki acusó al autor de ser poco realista y de acentuar la visión de las geishas como prostitutas al describir costumbres como el mizuage, además, declaró sentirse traicionada pues, al parecer, había llegado a un acuerdo con el autor para que su nombre no apareciera asociado al libro. Iwasaki escribió entonces Vida de una Geisha, una autobiografía como respuesta realista a la ficción de Golden.
me encantan las orientales necesito una esta noche
Escrito por kim a las 16 de Noviembre 2007 a las 03:43 AMHola, les escribo desde argentina. Tengo 35 años y estoy interesada en aprender mas sobre el placer que puede brindar una geisha a un hombre, como mujer y dentro de una cultura cerrada y cruel sexualmente, necesito enseñanazas. Qué libro me recomiendan o doculmentales para ver y leer. Desde ya muchas gracias.
Paula.
me parece interesante es obio que no se trata de prostitutas ellas trabajan duro y conocen muy bien su cultura
Escrito por rose a las 20 de Septiembre 2010 a las 05:51 AM