Pocos personajes son tan conocidos y populares como el Conde Drácula. Es, quizás, el único cuya imagen se ha creado a medio camino entre la historia, la tradición literaria y el cine. Bram Stoker creó en su novela una leyenda que ha crecido prolífica en el último siglo gracias a su asociación con el mito del vampiro, pero el Drácula original no tiene nada que envidiar a la ficción que de él se ha hecho. En este post hablamos de Drácula, del Drácula vampiro, príncipe de las tinieblas, monstruo, engendro del mal, pero también del Drácula real, héroe de la cristiandad, gobernador cruel y sádico y del tercer Drácula, el de la película de Francis Ford Coppola, el Drácula atormentado por su condena, solitario, vengativo y enamorado.
1ª Parte: El Drácula de carne y hueso
Después de un viaje a Rumania, Bram Stoker quedó cautivado por la figura de Vlad Tepes (Drácula) y decidió escribir una novela sobre el personaje más importante de la historia de Rumania. Stoker convirtió a Tepes en un vampiro, aunando la imagen de príncipe cruel y sádico con el mito más popular de la tradición cultural de la Europa oriental.
Las narraciones sobre vampiros han sido comunes en la Europa oriental desde el principio de los tiempos. La realidad y la ficción se mezclan en las historias y no es posible reconocer sus límites. En 1732, por ejemplo, recorrió el continente Europeo la noticia de que un hombre muerto en un pueblo de Serbia había matado a otros durante la noche. Tras exhumar el cadáver se comprobó que se encontraba en buen estado, se repitió la operación con otros cadáveres sobre los que recaían sospechas y se constató que ninguno había comenzado siquiera a descomponerse. En la segunda mitad del siglo XVIII las historias de vampiros eran tan comunes y su creencia estaba tan arraigada que la Iglesia católica prohibió a sus fieles creer en estos seres bajo el argumento de que sólo Jesucristo había resucitado y cualquier otra idea suponía una superstición y una herejía.
Sobre la vida del Voivoda (príncipe) Vlad Tepes hay pocos datos fiables. Nació alrededor de 1430 en el castillo Bran, en Sighisoara, una ciudad de la región de Transilvania. Los historiadores no saben a ciencia cierta si era el segundo o el tercer hijo de Vlad II de Valaquia, apodado Dracul, el dragón (por haber sido ordenado caballero de la Ordo Draconis, orden del dragón, para combatir a los turcos) o el diablo (los supersticiosos rumanos creyeron que había vendido su alma al diablo porque siempre salía victorioso en el campo de batalla). El nombre de Drácula deriva del sobrenombre Draculea (Drac = dragón o diablo; ul = el; ea = hijo de; es decir, hijo del diablo o del dragón) Al sobrenombre de Draculea, se le añadiría más tarde el no menos terrible de Tepes, empalador, que hace referencia a la forma en la que Drácula imponía justicia en sus dominios, el empalamiento.
Desde muy joven, Vlad tuvo que ayudar a su padre a defender sus tierras de los turcos, por un lado, y de las luchas entre rumanos y húngaros por el trono de Valaquia, del otro. Vlad Tepes reinó de forma intermitente en Valaquia, en la zona septentrional de Rumanía, entre 1448 y 1476, aunque la mayoría de los actos por los que fue conocido se refieren al período de 1456 a 1462. Estas fechas corresponden a la segunda época de su reinado, en la que traslada la capital de Valaquia a Tirgoviste y empieza a hacerse popular por su forma de hacer justicia y de defender su reino de los extranjeros.
La tortura favorita de Vlad era el empalamiento, consistía en introducir una estaca de madera bañada en aceite por el ano y dejar que se fuese clavando en el cuerpo del condenado por la propia fuerza de la gravedad. La estaca no debía estar demasiado afilada, ya que, de esta forma, la muerte se producía demasiado rápido y la víctima no sufría lo suficiente. La muerte por empalamiento tardaba horas, e incluso días, en llegar. Vlad Tepes se hizo popular por mantener los cuerpos empalados hasta que se pudrían o eran devorados por los cuervos. Colocaba los cuerpos a la entrada de Tirgoviste, para hacer desistir a los extranjeros de las invasiones y que todos contemplaran el castigo que esperaba a los delincuentes.
A esta época pertenecen la mayor parte de textos y narraciones que dan cuenta del comportamiento del Voivoda. Se dice que Vlad era especialmente cruel con las mujeres adúlteras, a una, en cierta ocasión, le arrancó los pechos y la piel y la empaló, con su piel expuesta sobre una mesa. A pesar de su castigo al adulterio, Vlad tenía una amante, a la que el mismo mató abriéndola en canal desde la ingle hasta el cuello después de que ésta le mintiese diciéndole que esperaba un hijo suyo. Una de las anécdotas más populares y que más presencia tiene en los textos alemanes y rusos que hablan de la vida de El empalador es la del cáliz de oro. Según la historia Vlad dejó un caliz de oro en la plaza central de Tirgoviste, junto a una fuente, a todos les estaba permitido beber utilizando el cáliz, pero jamás desapareció, pues el miedo a la cruel represalia contra los ladrones podía mucho más que la tentación de llevarse el valioso tesoro.
En otra ocasión, un visitante extranjero se quejó del hedor que recorría las calles de Tirgoviste por los cadáveres empalados y el príncipe le hizo empalar a una altura superior a los demás para que pudiese respirar aire fresco.
La mayor parte de estas historias aparecen recogidas en textos de muy distintas procedencias, lo que hace pensar que tienen su base de verdad y que Vlad Tepes era un príncipe sanguinario y sádico que disfrutaba con el dolor ajeno, pero, al mismo tiempo, parece ser que los relatos fueron exagerados por sus enemigos, los nobles rumanos y húngaros, y que las torturas eran práctica habitual en la época, en una Europa oscura, sumida en la guerra y bajo la constante amenaza de los turcos. Por ejemplo, en 1610 la Condesa Elizabeth Báthory de la Transilvania húngara fue juzgada y condenada a ser emparedada por sus crímenes vampíricos. Báthory era famosa por torturar y asesinar a mujeres jóvenes y bañarse en su sangre.
Gracias a sus sádicas prácticas, Vlad Tepes mantuvo a los extranjeros alejados de Valaquia. Su fama de héroe invencible comenzaba a extenderse por Europa y el Imperio Turco. El sultán de Constantinopla quiso terminar con Vlad Tepes y le envió una carta citándole en Giurgiu, cerca de Bucarest, para solucionar un problema fronterizo. Vlad fingió caer en la trampa y acudió junto con un fuerte contingente de caballería, derrotó a los turcos, les hizo prisioneros y los llevo a Tirgoviste. El sultán de Constantinopla, enterado de lo sucedido, reunió un ejército de 250.000 hombres (una cifra desorbitada en la época) y se alió con el hermano de Vlad, Randu, para derrotarle. Al llegar a las puertas de la capital de Valaquia, encontraron a los 20.000 soldados turcos que habían sido apresados en Giurgiu, clavados en estacas, formando lo que se llamó el bosque de los empalados. A pesar de que contaba con una aplastante superioridad numérica (250.000 soldados frente a los 10.000 de Vlad) el sultán dio media vuelta y regresó a Constantinopla, horrorizado por la visión de sus soldados empalados. Randu siguió adelante con el asedio a la ciudad y consiguió entrar en el castillo, venciendo a las tropas de Vlad, que consiguió escapar gracias a un pasadizo secreto y huyó a Hungría. Su esposa, en cambio, se vio acorralada por las tropas enemigas y se suicidó lanzándose al río Arges desde una torre del castillo.
Una vez en Hungría, Vlad, pidió ayuda al rey Matías Corvino, que en lugar de acogerle le mantuvo preso durante doce años. Parece ser que Drácula terminó integrándose en la familia del monarca húngaro, se casó con una de sus hijas (o una doncella noble de la corte, no está claro) y se convirtió de la Iglesia ortodoxa a la católica.
A la muerte de su hermano Randu, que fue un títere de los turcos, en 1474, Vlad se alió con los Moldavos para recuperar el trono de Valaquia y cayó muerto en 1476 durante un combate cerca de Bucarest. El sultán de Constantinopla le cortó la cabeza y se la llevo a Estambul para exhibirla como trofeo y demostrar que estaba muerto, el príncipe cristiano derrotado y decapitado por las hordas turcas. El resto del cuerpo de Drácula está enterrado en un monasterio en Snagov, cerca de Bucarest. Actualmente, los rumanos siguen considerándosele un héroe nacional y no toleran las críticas ni aguantan que su Voivoda sea, para el resto del mundo, el emblema del vampirismo.
(La semana que viene la segunda parte: la adaptación literaria)
Escrito por Rufi en Minutos culturetas a las 19 de Abril 2005 a las 03:21 PM¡Oh, el castillo Bran!
¡Para ir bien al baño!
MUY INTERESANTE LO LEIDO. NECESITO MÁS INFORMACION
Escrito por PEDRO a las 29 de Septiembre 2005 a las 03:36 AMles recomiendo a los curiosos de este tema un libro escrito por elizabeth kostova "la historiadora" es una novela, con muchos muchisimos datos ciertos sobre las atrocidades de vlad III the impaler. obviamente es una novela. hechos reales llevados a la ficcion. la recomiendo ampliamente
Escrito por rodrigo a las 25 de Agosto 2006 a las 03:30 AMnecesito mas informacion sobre dracula,y tambien ocupo informacion de JACK EL DESTRIPADOR.ESTA INCONCLUSO SU HISTORIA.muy interesante ademas,muy popular en los video juegos CASTLEVANIA.Y muy buena la lectura.me fasino honestamente.
Escrito por HECTOR a las 27 de Noviembre 2006 a las 09:22 PMExelente, muy interesante definitivamente Vlad fue un heroe en todo el sentido de la palabra. Un heroe sin lugar a dudas.
Escrito por Óscar Fernando a las 21 de Agosto 2007 a las 09:46 PMmuy muy interesante ya que soy fiel amante de las tinieblas
Escrito por lord nosferatu a las 26 de Agosto 2007 a las 12:10 AMHola
Encantada con eltremendo Vlad malo muy malo, me lei la historiadora mmmm carente de suspenso y con un final acelerado, el sabor a Dracula en su libro es muy muy pobre, como para saber de Dracula no recomiendo la historiadora, tal vez La Historia Natural del Vampiro por Anthony Master para los amantes del seductor aroma a sangre ja ja esta este libro que va mas alla de Vlad
Saludos desde Ecuador
Escrito por Daniela a las 26 de Enero 2009 a las 06:34 PM